
El autor italiano Igort vuelve con su habitual fórmula de cuadernos para hablarnos sobre otro tema: en esta ocasión, su amor por Japón y sus visitas al país del Sol Naciente. Se trata de 'Cuadernos japoneses' y acaba de ser editado por Salamandra Graphic.
En sus últimas obras, Igort, autor de obras como 'Yuri' o 'Fats Waller' (Sins Entido, 2005) ha establecido como método y formato de su obra el de los cuadernos, una suerte de dietarios que le acompañan en sus viajes. La serie empezó en 'Cuadernos ucranianos' (Sins Entido, 2011) y siguió en ['Cuadernos rusos' (Salamandra, 2014), que comentamos en esta página]('Cuadernos rusos', de Igort: denuncia de una masacre silenciosa ); ahora vemos editada su continuación natural en 'Cuadernos japoneses' (publicado originalmente en 2015). En él, el autor italiano describe su relación de amor y fascinación por el país del sol naciente durante casi treinta años.
La excusa narrativa del autor es su viaje a tierras niponas y su relación laboral con el lejano país: Igort es uno de los pocos afortunados que ha trabajado para el mercado japonés (cuando suele ocurrir al contrario). Esto le permite a Igort realizar una obra muy ecléctica, que se mueve entre la recuperación de sus viejas historias, la reconstrucción de su estancia en las páginas en tonos ocres, y la viveza de los colores de las páginas en las que intenta captar (¿imitar?) cualquier representación de arte japonés que le llame la atención (sobre todo el ukiyo-e y el manga). Él mismo se permite también experimentar con diferentes técnicas de dibujo, ora más orientada al carboncillo, ora una línea de tinta más estilizada.

En un principio, la narración parece ir dando ciertos tumbos con una única luz de fondo: la experiencia del viaje del autor. Entretejidas en la trama quedan diversas anécdotas o aspectos sobre la historia o cultura de Japón (el 'Elogio de la sombra' de Tanizaki, la vida de la geisha Abe Sada, los burakumin, el mangaka Suijo Tagawa, el escritor Yukio Mishima, etc.). Pero finalmente lo que a Igort le interesa es mostrar esa rendida fascinación por Japón, y cómo es fascinación se relaciona con su aspiración como artista. En Tezuka o Hokusai, Igort encuentra una representación acertada de esa búsqueda del absoluto.
De todos sus cuadernos, estas páginas niponas son las que más me han interesado de la producción de Igort. Quizá porque en esta ocasión el vínculo es más personal, más íntimo. Aquí no hay denuncia ni crítica, como en las anteriores: es una memoria sentimental, un proceso de educación estética lo que el italiano nos propone. Funciona a la vez como cuaderno de apuntes, crónica de viaje, reportaje social, memoria personal y ensayo estético, todo mezclado pero siempre con un sentido último.

Además, la obra se articula gracias a un significativo cruce de referencias que seguramente un lector ya familiarizado con Japón reconocerá: Kurosawa, Miyazaki y el estudio Ghibli, Mizuki y su 'Kitaro', Osamu Tezuka, Yoshiharu Tsuge y su obra 'El hombre sin talento'... Japón es, para Igort, no sólo un destino físico sino también mental, un universo totalmente diferente que conocer y al que adaptarse es cuestión de toda una existencia.
'Cuadernos japoneses' resulta, así, una obra con vocación intimista, que pretende retratar Japón a la vez que lo hace sobre su propio autor, apelando a una serie de valores tradicionales que Igort admira y cuya íntima relación apenas habríamos sospechado al inicio de la novela gráfica.
'Cuadernos japoneses'
Igort
Salamandra, 2016.
Rústica. Color. 184 pgs. 25€
ISBN: 978-84-16131-22-8
Más información | Ficha en Salamandra
En Papel en Blanco | 'Cuadernos rusos', de Igort: denuncia de una masacre silenciosa