Las artes siempre han estado muy relacionadas entre sí, y han servido a menudo de inspiración unas a otras: la música con la literatura, la literatura con la pintura, la pintura con el cine... , ¿pero qué ocurriría si se pudiera convertir automáticamente cada fragmento de una obra literaria en una pieza musical? Este es el próposito de dos investigadores a través de un sistema de inteligencia artificial bautizado como 'Transpose'. La herramienta surge del proyecto de tesis de Hannah Davis, de la Universidad de Nueva York, y su colaboración con Saif Mohammad, investigador en el Consejo de Investigación Nacional de Canadá.
El resultado de ello es un programa informático capaz de extraer las emociones fundamentales de una novela y crear un sentimiento similar en forma de música. Para ello toma el texto escrito, analiza su estructura, gramática y contenido emocional, y lo traduce en una composición musical única. En un artículo publicado en la revista 'Time', los autores exponen que la clave de este trabajo radica en el incipiente campo de análisis de sentimientos, o en los intentos de la inteligencia artificial por enseñar a las computadoras para que sean capaces de detectar emociones en el texto mediante la aparición de palabras clave.
En su nivel más básico, el análisis de los sentimientos intenta categorizar el texto como positivo, negativo o neutral, aunque incluso ese nivel de análisis puede equivocarse si el autor usa el sarcasmo o la ironía.
Para empezar esta interesante investigación, primero se ha recopilado un corpus de unas 14.000 palabras, para lo que se reclutó a miles de personas online que tenían que asociar cada palabra dada a una de las ocho emociones que la mayoría de psicólogos consideran básicas (alegría, tristeza, ira, asco, expectación, sorpresa, confianza y miedo). El resultado es una base imperfecta pero robusta sobre la que sustentar 'TransProse'.
El nuevo software lee el texto y, mediante el escaneo de palabras, las clasifica por un lado en los estados positivo, negativo o neutral, y a su vez en las ocho emociones básicas. La palabra dolor, por ejemplo, se clasifica como negativa; y utilizando el léxico de Mohammad también se cataloga en tristeza. A partir de esa información la herramienta compone una pieza musical que sigue cronológicamente el orden de la novela, dividida en principio, primera mitad, segunda media y final. Para ello recurre a la teoría de la música, asignando valores a características como tempo, clave, octava y notas.
Los resultados son francamente sorprendentes: la diferencia, por ejemplo, de la interpretación musical de 'La carretera' de Cormac McCarthy y 'Alicia en el país de las maravillas' de Carroll no tiene nada que ver (como podía esperarse, por otro lado). Tenéis ejemplos en este enlace.
Artículo original | Time
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